miércoles, febrero 25, 2009

La Puesta en Marcha de la Oficina Santa Laura

Lo bueno y dinámico de la historia es que siempre tiene algo nuevo que contarnos, siempre hay algo que descubrir y retrotraer, para reaprenderla y re-aprehenderla. Dentro de toda la vejez, que algunos pueden llegar a imaginar como estático, hay una dinámica que la entregan investigadores y fuentes o testimonios que, siempre podrán hallar una nueva información, a un impensado antecedente, a veces allí tan próximo, tan cercano, llamando desde el pasado a darnos una nueva voz, un giro en la forma de enfocar algún acontecimiento ó, como en este caso, variando la cronología del que es todo un símbolo del desierto de Tarapacá y de la fase salitrera. Se trata, ni más ni menos, que del Monumento Nacional declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la ex oficina “Santa Laura”.


Su fechación originaria, que señala corresponde a 1872, es correcta. Así nos lo ratifica Guillermo Billinghurst en su obra “Los Capitales Salitreros de Tarapacá” publicado en 1899, indicando el nombre de su propietario, quien, como veremos, es también su constructor: el limeño Abraham Guillermo Wendell Tizón, estando facultado para producir anualmente 300 mil quintales españoles de salitre (casi 14 mil Ton.) y localizándose a los 21º 12´44´ S y 69º 48´ 44´´W. Simultáneamente surgía la ex oficina “La Palma”, de la “Peruvian Nitrate Co.”, que más tarde dará paso a “Santiago Humberstone”.


Entre 1887 y 1890, último año en que Francisco Risopatrón publica su Diccionario Geográfico de las Provincias de Tacna y Tarapacá, nos informa que “Santa Laura”, del Cantón de la Peña (el cual luego es conocido como de Pozo Almonte y, de Nebraska), con sus 100 estacas había sido tasada por el Gobierno del Perú en 78 mil soles, y vendida a éste por el síndico del concurso (Guillermo) Wendell, recibiendo en pago 7 certificados serie A, y 8 serie B, pasando a pertenecer al Estado de Chile, por cancelación de los certificados salitreros. Explicaría su relativo bajo valor el hecho que desde 1876 se le había declarado “en para y despueble” por el fisco peruano.


Revisemos, entre tanto, a la oficina homónima que se ubicó en el antiguo Cantón de Yungay, sector de La Noria. Esta “Santa Laura”, conocida como “de Barra”, ya que fue construida por la firma Barra y Riesco, funcionó sólo durante la fase peruana y no llegó a emitir fichas (se registra un Real Peruano y se señala su ubicación aproximada en los 21º 20´ S y 69º 55´W en la obra de Ismael Espinosa). Esta contaba con 35 estacas, tasadas por el gobierno peruano en 195 mil soles, siendo traspasada por Barra y Riesco a ese gobierno y, luego, del conflicto, pasa a ser propiedad del Estado chileno, no habiendo antecedentes que hubiese operado en esta fase.


La oficina “Santa Laura” , construida por Wendell es entonces del cantón de La Peña ó Pozo Almonte, grupo Nebraska y, durante su breve historia como “Oficina de Máquina”, esto es desde sus orígenes hasta 1918, en que comenzará su construcción como oficina que opera con el sistema Shanks, sufrirá una serie de vicisitudes, entre las cuales se puede mencionar el paso a propiedad del Estado chileno en 1887, para luego ser adjudicada en 1897 a la compañía Fölsch & Martin. Como referencia de este período se advierte que el fotógrafo Luis Boudat, que fotografía las oficinas desde Iquique hasta Agua Santa, capta y publica en 1899 en su conocido álbum a “La Palma” y no a “Santa Laura”, por lo cual de puede inferir que ésta se halla entonces paralizada. En la obra “Iquique” (1905) de Juan de Dios Ugarte Yávar no se incluye entre las oficinas que aportaron en 1904 a la producción de Tarapacá. En las Guías Industriales y Comerciales de Domingo Silva Narro surgen más antecedentes, como por ejemplo, en las ediciones de 1907, 1909 y 1913 no aparezca como oficina en funciones. Sí se le referencia en la Guía de 1919, donde se señala que está “En construcción”, extendiéndose y agregando que su ingeniero constructor es W. J. Clayton, quien empezó las obras en enero de 1918 y se estima que estaría funcionando “en enero de este año” (1919). En seguida da cuenta de su plana mayor, comenzando por su administrador, don E. Farfán.


Por lo anterior, tenemos que la ex oficina que hoy es Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad, fue levantada bajo la dirección del constructor William J. Clayton entre enero de 1918 y 1920, año en que entra en operaciones, para la “London Nitrate Co. Ltd”. Es el mismo Domingo Silva Narro quien nos entrega las claves faltantes para determinar la proveniencia y cómo se realiza el transporte de esta oficina, que corresponde a una planta de elaboración de Taltal, en la actual Región de Antofagasta, perteneciente a la “Lilita Nitrate Co.”, y que se llamaba, precisamente, Oficina “Lilita”, paralizada desde 1914, por lo cual no se trata de la muy próxima Oficina “Ghisela”, que suele ser considerada la “máquina” que llega a constituir “Santa Laura”.


Revisemos los aspectos de la mayor relevancia e interés que nos informa Silva Narro en su Guía del año 1919: Sobre William J. Clayton, nació en Valparaiso en 1877, donde residió hasta terminar sus estudios y trasladarse hasta el puerto de Pisagua, donde ya se hallaba su familia. Sus primeros contactos con la industria salitrera comenzaron en 1894, en Iquique, donde ingresa a la alta planta de “Blair & Co”. Desde 1900 administra diferentes oficinas, como “Santa Catalina”, “Jaz-Pampa”, “Paccha” y “Trinidad”, hasta que en 1908 se traslada al cantón de Aguas Blancas en Antofagasta. En 1909-1910 se desplaza a la pampa de Taltal donde estudia dos oficinas de dos compañías inglesas, propietarias de la “Lilita” y la “Ghisela”, en su primer encuentro con estas plantas industriales, siendo administrador de la última. En 1912, de vueltas en Tarapacá, se inicia como levantador de oficinas salitreras, al ser socio, constructor y administrador de la “Mercedes”. Entre 1915 y 1916 construyó la oficina “Slavia” en Negreiros. Ya entre 1923 y 1925 construirá la emblemática oficina “Chacabuco” en Antofagasta.


Continúa Silva Narro y, sobre “Santa Laura”, señala que W. J. Clayton se está terminando, en ese año 1919, la construcción de esta planta industrial para “The Nitrate London Co. Ltd”, para lo cual debió transportar desde Taltal, a través del Ferrocarril Longitudinal, la maquinaria de la oficina “Lilita”, en un trayecto de 700 Km., que comenzó en la estación “Santa Catalina” de Taltal hasta la de “Pintados” en Tarapacá, para luego trasbordarla al Ferrocarril Salitrero y concluir su viaje, en donde todavía permanece anclada esta ex oficina, símbolo de todo un desierto y de un pasado de grandeza y de tantos recuerdos sustentados sobre vivencias cotidianas. Y atención que se refiere a “la maquinaria” y no a “la Máquina”, por lo cual comprendería todas las instalaciones industriales, al menos. Tras este último agregado personal, retorno a Silva Narro, quien señala que, tanto en la maquinaria, como las instalaciones anexas, W. J. Clayton ha consultado las más modernas innovaciones para la elaboración y abaratamiento de la producción. Se suma la investigación de José Antonio González, historiador antofagastino, quien, por fuentes como el “Abecé”, periódico de Antofagasta, que en 1923 resalta como gran constructor de oficinas a Clayton y, además, como un empresario que se preocupó del bienestar social de los trabajadores, con nuevas concepciones para viviendas e instalaciones complementarias.

Concluyo aquí, con estos antecedentes que pueden ser más enriquecidos, dando cuenta de la puesta en marcha de ésta, nuestra “Santa Laura”, que cada día es de más personas, generaciones tras generaciones y ampliando cada día sus horizontes de mano de la restauración o reconstrucción por parte de la Corporación Museo del Salitre.


Mi especial agradecimiento a mi amigo, Guillermo Burgos Cuthbert, por haber alumbrado y provisto tan valiosos insumos para re-construir este importantísimo fragmento de la historia tarapaqueña y, hoy, de la Humanidad.


Juan Vásquez Trigo

Historiador

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Juan, quisiera ver la posibilidad de contactarte. Busco información sobre Iquique en los años 1925- 1930. También sobre la llegada de inmigrantes italianos a la región. Quería saber si cubres esos temas en tus publicaciones.